Fm Fuego dialogó con el presidente de Comusav Argentina (la Coalición Mundial por la Salud y la Vida), el Dr. Damián Pelizzari, quien prestó apoyo profesional a Debora García, la joven que solicitó a través de la justicia a la Clínica San Jorge que se le aplicara dióxido de cloro a su padre, que se encuentra internado en UTI por Covid-19.
El Dr. Pelizzari recalcó que la Coalición Mundial por la Salud y la Vida está integrada por 20 países y más de 3.000 médicos “lo que hace es poner a disposición de las autoridades sanitarias el conocimiento, basado fundamentalmente en la experiencia clínica que poseemos, ya que los países que la integran fueron algunos en los que la pandemia llegó antes que en la Argentina y nos anteceden en este problema”.
Mencionó que en Bolivia “a través de la acción de médicos comprometidos con la salud de su gente, con el espíritu investigador y la apertura mental para poder aceptar alguna otra estrategia terapéutica que pueda servir para la sociedad, la curva de casos presenta la forma de un sombrero, donde llegaron a tener un pico de aproximadamente 2.000 casos diarios actualmente no tienen más de 80 casos por día” y señaló que “eso nos da la pauta y la fuerza para que estas estratégicas y políticas sanitarias también se apliquen en otros países”.
Consultado acerca de la fórmula de dióxido de cloro brindada a la clínica San Jorge para suministrarle al paciente en cuestión dijo que es fundamental entender que “estamos en una situación de pandemia en la cual no existe una solución terapéutica reconocida, efectiva y aprobada para tratar esta enfermedad. Sabemos que todo paciente que desarrolla un cuadro de Covid grave, sus posibilidades de sobrevivir son muy bajas. Frente a este contexto, la medicina lo que puede hacer es conservar los parámetros vitales de la persona y evitar todas las complicaciones posibles, pero no tratar la enfermedad como tal, por eso es que hay tanta mortalidad”.
En tal sentido sostuvo que “es ahí donde nosotros planteamos la necesidad y el derecho de aplicar un tratamiento compasivo, que se trata de decir ‘ustedes con el tratamiento que me están dando no me pueden curar, ni me pueden asegurar que me van a salvar, entonces por favor probemos esto’ ya que en Bolivia se aprobó y ha ayudado a un montón de gente, en México y en Perú hay sectores donde se lo ha tomado como estrategia sanitaria, lo están empleando y están obteniendo muy bueno resultados”. Aseguró que el concepto y el espíritu de pedido es pensar “yo quiero que ante la muy posible muerte de mi familiar se le aplique un tratamiento compasivo para ver si podemos ayudarlo”.
En el caso de la Argentina, por parte de la ANMAT no está permitido el tratamiento con dióxido de cloro y en relación a ello sostuvo que “nosotros hemos presentado 4 protocolos de investigación, que fueron rechazados. Dos de ellos, fueron aprobados en comité de bioética (el primer organismo que lo evalúa) pero después por razones X no pudieron ser llevados a la práctica”. Mencionó que “personalmente hemos invitado al administrador del ANMAT a reuniones donde participaron diputados y senadores de nuestro país con los principales referentes de la Comusav”.
Señaló que, desde una posición ajena a cualquier partidismo político “en nuestro país nos hemos visto sometidos a la violación de los derechos constitucionales en nombre de la salud pública” y por otro lado “los grandes medios de información se han vuelto cómplices de esta campaña de desinformación” y ejemplificó “han pasado cosas tremendas, como que en un programa de televisión un panelista diga que el dióxido de cloro es lavandina, eso es aberrante”.
Consideró que en los medios de comunicación “faltó un espíritu honesto en cuanto a búsqueda de la verdad, de antemano se negó algo sin siquiera haberlo estudiado, es un acto de soberbia tremenda con todos los profesionales y aquellos países que lo han tomado como parte de su política y estrategia sanitaria”.
Respecto del caso de la muerte de un niño en Neuquén, anunciada como producto de que sus padres le suministraran dióxido de cloro, dijo que “eso es falso, la causa es una causa pública que uno puede pedir y acceder a la autopsia y nosotros lo hemos hecho y todo eso que se está diciendo es falso, al día de hoy todavía no hay una confirmación que pruebe que el dióxido de cloro haya sido la causa de muerte de ese niño”. “Sin embargo, la condena mediática ya fue hecha y eso es una irresponsabilidad tremenda de los medios que han participado” evaluó.
Con respecto a la situación en la cual, debido al estado crítico de su padre, Debora y su hermana decidieron que no van a continuar con el reclamo judicial dijo que “no es el primer caso en el país que se judicializa, la respuesta es la negación y esto termina en la muerte de la persona, en esos casos van a llegar denuncias penales contra el médico, el director y posiblemente contra el Ministro de Salud de esa provincia”. Aseguró que en dichos casos se están violando y avasallando los derechos de las personas.
Manifestó que “en contextos como el actual en el cual no hay un tratamiento que permita asegurar la curación del paciente, por un tratado al cual nuestro país adhiere, se faculta al médico a utilizar tratamientos no probados si es que puede mejorar la condición del paciente, aliviarlo o curarlo”. Sostuvo que “hay muchos informes toxicológicos e información que demuestran que tiene una toxicidad bajísima, tiene más toxicidad una Aspirineta, Sertal o Buscapina que el dióxido de cloro”.
Comentó que “mandamos notas al ANMAT, al Presidente, al Ministro de Salud de Nación y de las Provincias, les mandamos información, pedimos que investiguen”. Señaló que el problema es que “lo que está pasando es que alguna gente va a empezar a tomar el dióxido que cree, que puede, que consigue y vaya uno a saber que es lo que toma” lo cual es diferente de “lo que se entregó en la clínica en Tierra del Fuego es una elaboración preparada por un farmacéutico matriculado con todos los mecanismo y técnicas adecuadas para la elaboración de tal producto”.
“Nosotros sabemos de pacientes que estaban en situaciones críticas y que empiezan a tomar el dióxido y mejoran, hemos ido a las casas a verlos. ¿qué pasaría con la curva de contagios si se tomase como una estrategia terapéutica y sanitaria y se empieza a utilizar de forma consentida? Respetando el derecho del individuo, aquel que quiera y quien no” expresó.
Aseguró que hay doctores a los cuales les hace falta humildad y espíritu de curiosidad científica “es muy difícil si yo sé que no puedo ayudar a un paciente, negarle que tome algo que ese paciente piensa que le puede ayudar, que le va a dar una mejoría. Lo que está pasando con estos colegas que están parados en un lugar de poder y decidiendo por los demás, es que están perdiendo de vista la capacidad fundamental que tiene el médico que es la de acompañar y ponerse en el lugar del que sufre”.
Finalmente consideró que “lo que está pasando con el papá de Debora es tremendo, lamentablemente está empeorando día a día, honestamente yo no sé si el dióxido lo puede curar, pero es su derecho. Es un derecho que él tiene intentarlo con algo que la medicina convencional no está pudiendo”.