La radiografía que dejaron ver los números de la recaudación del primer trimestre del año muestra que un comportamiento opuesto de dos impuestos: el declive de ingresos por Ganancias y el peso cada vez mayor que tiene el PAIS en el paisaje recaudador. Ambos tributos son discutidos en una mesa negociadora clave como es la que sostiene el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional.
El organismo, que este mes volverá a cobrar pagos de vencimientos por el préstamo a la Argentina, pulsea por quebrar esa tendencia que exhiben los dos gravámenes en cuestión. Desde hace tiempo el FMI plantea ante funcionarios del equipo económico y también en conversaciones con economistas que el retorno de la cuarta categoría de Ganancias -que se prevé ahora con el nombre de impuesto a los ingresos- debe ser una de las columnas sobre las que se apoye el ajuste fiscal ambicioso que lleva adelante la Casa Rosada. De esa forma, creen en Washington, la corrección fiscal de 5 puntos del PBI se tornaría más sostenible al recaer menos en la “motosierra” del gobierno libertario.
En paralelo, el impuesto PAIS es mirado de reojo por los técnicos del organismo, ya que es un tributo que consideran distorsivo para el mercado cambiario. En la letra chica del informe de staff consensuado entre el Gobierno y el organismo a principios de año aparece, explícito, el compromiso del Poder Ejecutivo de eliminar ese tributo, de la mano del desarme paulatino de los controles de cambio. La fecha tentativa expuesta en ese reporte es fin de año. Pero la pregunta que ya sobrevuela en despachos oficiales y en el mercado es cómo eliminar un impuesto que ya representa casi el 10% de los ingresos del fisco.
“El impuesto PAIS aportó en marzo cerca de 695 mil millones de pesos y representa ya el 7,7% de la recaudación tributaria del trimestre, cuando el año pasado representaba solo el 1,7 por ciento. Destacamos que en marzo 2024 el impuesto PAIS se convirtió en el cuarto impuesto de mayor recaudación (por encima de las retenciones, el impuesto al cheque y los aportes personales, entre otros), representando el 9% de la recaudación total de ese mes”, estimó la consultora Vectorial.
Consultatio Financial Services, por su parte, consideró al respecto que “el gobierno no puede unificar el mercado de cambios sin comprometer en ancla fiscal al que están atados todos los objetivos de su política económica”. “La consecuencia macroeconómica es clara: unificar el mercado de cambios hoy equivale a desfinanciar al Tesoro nacional. En otras palabras: avanzar hacia la flotación cambiaria implica comprometer el ancla fiscal del cual están atados prácticamente todos los objetivos de la política económica”, explicaron en un informe reciente.
El marcado crecimiento de la recaudación del impuesto PAIS está relacionado, principalmente, al aumento en la alícuota para las importaciones, que ahora casi en todos los casos pagan 17,5% para tener acceso al tipo de cambio oficial. La suscripción de Bopreal del Banco Central también explicó parte de la suba, aunque la mayor parte está relacionada a ese reajuste de alícuota y a la devaluación del tipo de cambio de diciembre. En paralelo, la recaudación de Ganancias inició el año en declive por la ley que aprobó el Congreso impulsada por Sergio Massa para eliminar ese gravamen para la mayoría de los salarios.
Hay una lectura política de ese fenómeno doble y que tensa la relación entre la Casa Rosada y los gobernadores: el impuesto que está en caída es el coparticipable, y el que crece -junto con retenciones a las exportaciones-, queda solo para la Nación. “Casi la mitad de la caída anual de la recaudación se explica por la menor recaudación del impuesto a las ganancias: -40% anual real por las modificaciones que impusieron el impuesto cedular para las ganancias de la cuarta categoría para los empleados en relación de dependencia”, mencionó la consultora LCG.
Y Vectorial abundó que “el aumento del peso del impuesto PAIS (entre otros gravámenes ligados al comercio exterior) se contrapone a la caída de la recaudación del impuesto a las ganancias (hoy representa cerca del 12% de la recaudación total cuando en los últimos años representaba el 20 por ciento). Esto plantea un fuerte dilema para el gobierno que podría poner en jaque su meta fiscal. Mientras que Ganancias promete ser repuesto mediante un paquete fiscal (por fuera de la Ley Bases) como precondición para el Pacto de Mayo, tanto el Presidente como el Ministro de Economía se encargaron de aclarar que el impuesto PAÍS se iría eliminando hacia fin de año.
Se espera que esta semana el Gobierno, luego del toma y daca con los gobernadores -un proceso aún en desarrollo- oficialice cuál será el nuevo mínimo a partir del cual buscará gravar los salarios. El ministro del Interior Guillermo Francos aseguró este domingo que el nuevo piso de remuneraciones estaría en un rango de entre 1,5 y 2 millones de pesos mensuales. La restitución de este gravamen implicará un aporte relevante a las cuentas públicas en el sendero de ajuste para llegar este año al déficit cero.
Al respecto, el Fondo Monetario propicia que el Gobierno retome cuanto antes el cobro de ese impuesto, que considera el más progresivo y menos distorsivo de todo el sistema tributario, y que su retorno le daría un matiz más sostenible a la corrección fiscal. Una de las preocupaciones del FMI, precisamente, es el nivel de apoyo social y político que tiene el proceso de reformas y medidas económicas que tomó el gobierno libertario.
Las conversaciones con el FMI tendrán un nuevo episodio este mes. En diez días comenzará la reunión de primavera que cada abril hace el organismo en Washington y al que acuden ministros de finanzas y banqueros centrales de los países miembro. Aún no está confirmada la agenda oficial, pero se espera que el ministro Luis Caputo tenga contactos con la conducción política del Fondo Monetario mientras busca un guiño que le permita tener algún financiamiento adicional. En el organismo buscaron poner paños fríos a la chance de un acuerdo inminente.