Gabriel Clementino, propietario de La Fueguina celebró recordando el inicio de lo que fue este proyecto fundado por su padre, además saludó cordialmente a sus colegas del rubro, “Es un día que lo festejamos lo que hemos elegido este rubro. Muchos de los que somos panaderos hoy lo hemos elegido por generación de panaderos, esto viene de mi abuelo que era panadero de peón en Santa Fe. Mi viejo y mis tíos eran chicos y después siguieron con la panadería”.
“Después en Córdoba Cosquín donde vivíamos, en el año 87 mi viejo tomó la decisión de venir para acá y dijo que le iba a poner “La Fueguina”, nos parecía un lindo nombre. Cuando vino nunca pensamos que se iba a instalar acá porque pensé que solo iba a venir a pasear con un amigo, y nos avisó al otro día que había alquilado un local. Después nos vinimos con la familia para acá, lo acompañamos y la verdad que siempre laburamos en la panadería”, relató Clementino.
Se trata de una pasión que se transmitió de generación en generación y que siguió su curso en nuestra ciudad, “Según mi viejo mi primer moisés era un canasto que estaba ahí al lado del horno, así que la panadería siempre fue parte de mi vida, siempre hemos trabajado más allá de que hemos estudiado, nos dio esto que es una forma de vida”.
Sobre el cotidiano del rubro, el dueño de La Fueguina nos contó, “Siempre digo que una de las cosas más lindas que tiene el día para un panadero, es el amanecer con el olor a facturas o biscochos, tomando un mate cocido y empezando toda la labor. Es uno de los momentos más lindos que tiene así como también tiene sus cosas porque es algo cotidiano, rutinario, no paras nunca, tenes que tener constancia, hacerlo bien y de la mejor forma porque la gente también es exigente y eso es bueno”.
En la actualidad La Fueguina continúa su curso de la mano de Clementino y su hermana, conociéndose además el funcionamiento de dos sucursales más en Trelew. “Gracias a Dios hoy estamos con mi hermana y tenemos un grupo de gente muy buena, la verdad si hay algo que me enorgullezco es de los empleados, de nuestros colaboradores que están desde 5:30 de la mañana, trabajando, uno tiene que estar ahí para apoyarlos y darles una mano. La panadería tiene eso, una idea de familia, es un rubro muy lindo que te da muchas satisfacciones y así que les mando un saludos a todos por este día”.
Por otro lado, reconoció la trayectoria de su pares, “Tenemos empleados de muchos años como Gladys y Yoli que son las más antiguas, entraron a los 17 o 18 años, hace 33 años que están con nosotros. Después tenemos a Oscar que es el pastelero que esta hace 21 años, a Walter que es el jefe de factureros que esta hace aproximadamente 18 años”.
Y extendió su agradecimiento, “A la labor de toda la gente que está con nosotros porque es muy comprometida, están todos los días dando lo mejor y por supuesto a los clientes que están todas las mañana tomando el cafecito. Siempre tratando de estar junto a la gente de Río Grande”.
Para cerrar, Gabriel Clementino expresó, “Quiero hacer una mención especialísima a mi viejo porque me enseñó este oficio de chico, iba a estudiar y a la tarde volvía a la panadería, me enseñó lo que es la pastelería, las facturas, aprendí todo, y orgulloso de saber de todo, de haberle tomado cariño a este oficio”.