Estos empleados habían mantenido la planta en funcionamiento durante casi tres años, antes de la adquisición por el Grupo Mirgor. Durante ese tiempo, albergaban la esperanza de que la relación laboral continuaría con la reactivación de la fábrica, una expectativa que finalmente no se materializó.
El acuerdo de compra de la planta estipulaba que Mirgor se haría cargo del pago de los sueldos del personal durante 18 meses, tal como fue pactado con el juez que intervino en el concurso de la empresa.
A lo largo del periodo de contratación y hasta el momento de la desvinculación, los trabajadores no tuvieron contacto directo con representantes de Mirgor, lo que generó desconcierto y malestar.
Incluso algunos empleados se trasladaron hasta Río Grande en busca de respuestas, pero no lograron obtener información concreta. La desvinculación se realizó a través de una carta documento, y los empleados expresaron que no comprendieron completamente los detalles de la liquidación recibida, señalando que no hubo diferencia alguna entre los mismos y quienes fueron absorbidos en su momento por Newsan.