La industria fue una de las dos actividades que más creció respecto a 2019, año previo al inicio de la pandemia, según el instituto privado Iaraf. Para el 2022, el Ministerio de Desarrollo Productivo proyecta que trepará otro 4,5%, por encima del nivel general del crecimiento de la economía, del 4%, según indicaba el proyecto de ley de Presupuesto 2022 que no fue aprobado. El Gobierno promete que estarán los dólares para la producción, descarta cierres por el covid, anticipa un esquema masivo de créditos y el lanzamiento de un plan industrial 2030.
La actividad económica tuvo una recuperación de 10,4% durante los primeros diez meses del año, con la mayoría de los sectores por encima del 2020, año de una histórica caída. En la comparación contra 2019, último año sin pandemia, solo 4 sectores se encuentran por encima: industria, energía, inmobiliario y servicios empresariales. La industria manufacturera trepó 17% respecto a 2020 y 5,1% contra 2019. Así se desprende del último informe del Instituto de análisis fiscal (Iaraf), realizado por Nadin Argañaraz.
Efecto serrucho
La proyección oficial de crecimiento de la industria para 2022 es del 4,5%, según contaron fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo. Observan que los motores serán, como este año, la industria automotriz, alimentos, textil, petróleo y maquinaria agrícola, con esta última que podría terminar el año con “los datos más elevados del siglo XXI”.
La industria, que ya recuperó todos los puestos de trabajo perdidos en la pandemia y en el gobierno anterior, continuaría en alza el año que viene debido a distintos factores que destaca el Gobierno. Por un lado, descartan cierres por covid, como ocurrió en 2020. También, por la mejora en la producción, debido a la “sustitución de importaciones” y a la mayor demanda interna, por “una mejora del salario real”. Además, proyectan que continúe el proceso de exportaciones y encuentran en la tendencia del “reshoring” una oportunidad para ampliar la matriz productiva.
En el gabinete económico prometen que van a “alcanzar” los dólares para la estimación del crecimiento industrial, dado que anticipan que está confirmado que va a haber un acuerdo con el FMI, y que continuarán las restricciones en el mercado de cambios. Así, anticipan que seguirá lo que observan como una economía dual, con una economía “real” que muestra signos de reactivación, con una economía financiera aun en “problemas”.
De todos modos, en el Ministerio que encabeza Matías Kulfas anticipan que la mejora en la industria manufacturera no será lineal, sino que tendrá altibajos, en lo que llaman “efecto serrucho”. Esto, explican, se debe al impacto de la pandemia sobre la producción. Si bien confirmaron que no habrá cierres como en 2020, porque apostarán a esquemas de prevención y aislamiento temprano, el crecimiento de contagios y los aislamientos generan problemas en la dinámica laboral, con empresas que por estos días encuentran dificultades en completar turnos de trabajo.
El año que viene, el Ministerio tomará dos nuevas medidas para continuar motorizando la actividad industrial. Durante el primer trimestre lanzarán el Plan Industrial 2030, que prometen será el más importante “desde el regreso de la democracia”. Tendrá el diagnóstico de cada sector, metas a cumplir, y las herramientas para lograrlo. Las políticas de innovación estarán orientadas por “misiones”, un concepto de la economista italoestadounidense, Mariana Mazzucato, que plantea que los países deben apuntar al desarrollo sustentable. En cuanto a las herramientas que se aplicarán, ya sea incentivos, créditos o baja de impuestos, fuentes oficiales aseguraron que dependerá según el caso, y que la visión será “pragmática”.
El otro de los motores será el lanzamiento de un masivo plan de “inclusión financiera”, para que puedan acceder al crédito empresas, pymes, y cooperativas de la economía social, que en la actualidad quedan por fuera del sistema. El mecanismo será mediante el otorgamiento automático de garantías bancarias que dará el Fogar, con un fondeo de más de $200 mil millones. La maniobra financiera buscará reemplazar la liquidez de los bancos y transformarla en créditos productivos, y que en vez de colocar la liquidez en activos libre de riesgo del BCRA como son las Leliq, lo hagan en el Fogar, que “es libre de riesgo y depende del Gobierno”, contó una fuente oficial.