En la mañana de este martes 14 de mayo, se dio inicio al debate oral y público por la tragedia vial que llevó a la muerte del estudiante Santiago Liquín de 18 años.
En sus Declaraciones Germán Alfredo Sopena de 46 años accedió a brindar la declaración ante el Tribunal de juicio integrado por Juan José Varela, Verónica Marchisio y Pedro Fernández.
En su testimonio, el imputado precisó frente a la familia, “Desde el primer día me hice cargo de la situación, yo lo asistí junto con Matías a Santiago que estaba inconsciente en el piso sin moverse. En ese momento no llevaba el teléfono así que le pedí el teléfono a Matías que estaba shockeado y no podía hacer ni siquiera la llamada”.
“Venia circulando y lo que recuerdo fue que desde el lado izquierdo vi como una sombra, cae algo hacia el vehículo, escucho el golpe y no tomó conciencia hasta que divisó unas piernas que pasan por arriba del parabrisas”, añadió.
“Estoy tratando de hacerlo lo menos doloroso posible por respeto a la perdida de la familia. Ese día venia por debajo de la velocidad permitida, venia con control del vehículo, consciente”.
En ese sentido, testificó en oposición a lo determinado en el expediente que se desplazaba a velocidad excesiva e imprudente, a bordo de su rodado cuando atropelló a los dos jóvenes peatones.
“Ese día nosotros estuvimos en casa, era el día de mi cumpleaños y estuvimos festejando con mis hijos y mi familia. Llega el momento de la torta y el brindis, yo si tomó una latita de cerveza, por lo general no tomó en esos días y muy rara vez los fines de semana”.
“Si tomé como bien dio el resultado de alcoholemia, habrá sido medio vaso, no llegue a terminar el vaso, eso habrá sido a las 11 de la noche. Comemos la torta, se van y llevó a mis hijos a la casa de su madre en el centro y de ahí me tomo la vuelta a casa, venia tranquilo, no venía acelerando, mantengo una velocidad normal”.
“Pasé el semáforo de la esquina de Brown y a los pocos metros como ya dije veo que cae la sombra sobre el auto. Venía prestando atención, sin celular, con la periferia siempre puesta sobre la mano derecha. Sobre la mano izquierda prácticamente no prestaba atención porque no esperaba que algo cruce de ese lado, el paredón está bastante alto y en el cordón prácticamente no entra un pie”, indicó.