El producto se encontraba en dos barcazas en el puerto de San Pedro, Provincia de Buenos Aires. Ni la firma exportadora ni el productor tenían documentaciones.
Un operativo realizado por la Aduana y la Dirección General Impositiva (DGI) halló más de cuatro mil toneladas de maíz que iba a ser exportado en el puerto bonaerense de San Pedro sin la documentación que avala la operación.
Las 4137 toneladas del producto se encontraron en dos barcazas y la investigación permitió determinar que ni la firma exportadora ni el productor podían justificar el origen de la mercadería.
En el operativo también participaron agentes de la Prefectura y fuerzas federales de seguridad, que interceptaron la mercadería que también estaba en doce camiones.
“Junto con la DGI llevamos adelante un trabajo conjunto para analizar y evitar maniobras fraudulentas en materia de exportación agrícola. La incautación de 4100 toneladas de maíz es el resultado de esa coordinación con las distintas áreas especializadas de nuestro organismo que se suma a las nuevas herramientas que implementó la AFIP como la carta de porte electrónica”, explicó la titular de la Aduana, Silvia Traverso.
La funcionaria también indicó que parte del trabajo corresponde "al Banco Central, el Ministerio de Desarrollo Productivo y las fuerzas federales de seguridad”.
“La fiscalización y el control del comercio exterior son la prioridad de nuestra gestión. A lo largo de los últimos dos años llevamos adelante un proceso de revitalización de áreas que habían sido diezmadas por el gobierno anterior como parte de su estrategia de liberalización y apertura comercial", indicó.
Operativo en Entre Ríos
Esta semana se decomisaron más de 1000 toneladas de soja en el puerto de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, luego de una investigación de similares características de la DGI.
Esta exportación fraudulenta se evitó mediante un operativo en el puerto de Campana, Provincia de Buenos Aires, en donde se encontraban almacenados 8100 toneladas de maíz, la mayor cantidad decomisada en la historia de la DGI.
La investigación sobre la empresa que había adquirido y trasladado el maíz hasta el puerto bonaerense permitió desarticular la maniobra fraudulenta que ahora pretendía realizarse desde Concepción del Uruguay.
“Las maniobras abusivas en el comercio exterior no sólo erosionan los ingresos fiscales, que son la fuente genuina para impulsar las políticas públicas, sino que además suman tensiones sobre el mercado cambiario”, remarcó Traverso.
De acuerdo a lo detallado por la entidad, la operación de la empresa exportadora consistía en recurrir a productores recientemente inscriptos, sin campos propios ni stock de granos, para que simularan la venta de la mercadería directamente al exportador.
Los investigadores de la DGI detectaron que los presuntos productores sojeros estaban inscriptos en la actividad de “explotación de hectáreas en campo propio”.
Sin embargo, los cruces de información evidencian que no son propietarios ni arrendatarios de ningún inmueble que les permita abastecer al exportador de la soja vendida.
En tanto que las cartas de porte utilizadas para trasladar en forma fraudulenta las 1000 toneladas de soja evidenciaron que los documentos habían sido emitidos poco tiempo después de haberse registrado su actividad económica en AFIP.
Es decir, los contribuyentes no podrían haber producido la soja de la campaña 2020-2021 que movilizaron porque tampoco contaban con stock declarado.