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Cuáles son las medidas que analiza el gobierno ante la aceleración de la inflación

La inflación es otro de los grandes temas que preocupa al Gobierno. El 2021 cerró con el segundo dato más alto desde la hiperinflación y las consultoras privadas prevén un mayor número para 2022. El mayor temor es que los ingresos sigan corriendo detrás de los precios. De todos modos, el gabinete económico considera que tiene motivos para que haya una leve baja este año, y avanzará por intentar contener expectativas.
El dato de diciembre sorprendió en el Gobierno. El 3,8% del IPC fue el más alto desde marzo de ese año, y por encima de lo que proyectaban las consultoras en el REM. En tanto, el acumulado del año fue del 50,9%, el segundo dato más alto desde 1991, solo por detrás de 2019 (53,8%), pero menor al 55% que proyectan las consultoras para 2022.
Ese día, el mismo presidente, Alberto Fernández, relanzó el programa Precios Cuidados con el doble de productos, y al día siguiente, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se lo presentó al staff del FMI. “La inflación es un problema para el funcionamiento del sistema económico y lo debemos resolver”, afirmó Guzmán tras el encuentro.
Próximas medidas
La forma de enfrentar la inflación para Guzmán es utilizar una “estrategia integral”. Uno de los mecanismos será “anclar expectativas” y contener la inercia. En ese marco se inscribe el programa ampliado de Precios Cuidados en acuerdo con los empresarios. El próximo paso de la Secretaría de Comercio Interior a cargo de Roberto Feletti será ampliarlo: esta semana habrá reunión con el Consejo Federal de Comercio Interior (Cofeci), integrado por las provincias, para que la política llegue a los comercios de proximidad de todas las provincias, y no solo a supermercados.
En la misma línea, se inscribe la convocatoria que realizará el Gobierno a empresarios y sindicatos durante las próximas semanas. Guzmán habló de “tener políticas de precios-ingresos que garanticen que el salario real pueda ir aumentando al mismo tiempo que se tranquilizan las expectativas”. Con la misma estrategia, el año pasado el Ministerio de Economía había logrado que las paritarias cerraran en línea con la inflación proyectada en el presupuesto (29-33%), aunque hacia mediados de año tuvo que habilitar la reapertura de paritarias luego de que en el primer semestre se alcanzara esa cifra.
En la misma línea de buscar acuerdos, en la Secretaría de Comercio Interior confirmaron que continúan las negociaciones para lograr establecer un fideicomiso para el trigo y el maíz, que contenga el alza de los commodities, e impacte en el precio final de alimentos como la carne, que en diciembre trepó 8,5% en el mes y fue lo que más incidió en alimentos.
También intentarán ir por acuerdos sectoriales con los rubros de mayores subas, como indumentaria, que trepó 64,6%, por el cual la Secretaría de Industria mantiene reuniones con empresarios. Además, por ahora se mantendrá a la energía como una de las anclas: por estas semanas no está previsto un aumento del combustible, cuya última suba fue en mayo 2021.
En cuanto a las tarifas, la suba del 20% anunciada estará muy por debajo de la inflación, y si bien inicialmente se había anunciado que sería durante el primer bimestre, todavía el Ente Regulador de la Electricidad (Enre) no hizo un llamado a audiencia pública, el primer paso para avanzar con las subas. Además, Alberto Fernández habló de la importancia de ir “ordenando las cuentas públicas” como uno de los tantos aspectos de lo que considera una “inflación multicausal”. En cuanto a las políticas del Banco Central, no está previsto una nueva suba en las tasas de interés, luego de la aplicada este mes.
Preocupación
Para el Gobierno, la baja en la inflación es clave para que los ingresos puedan recuperarse, e impactar en una mejora del consumo privado, que sigue por debajo de la prepandemia. Desde 1946 para acá, solo un año los salarios lograron ganarle a la inflación cuando esta superó el 50%, según un análisis de Claudio Caprarulo, economista y director de Analytica. Alberto Fernández habló de una “senda descendiente de la inflación”, al hacer referencia al dato interanual, que en diciembre bajó por tercer mes consecutivo, al cerrar en 50,9%.
El Gobierno considera que los shocks a los precios vienen del lado cambiario, (y por ende no prevén ninguna fuerte devaluación) y de los precios internacionales, que consideran que dejarán de subir en 2022. Uno de los ministros más cercanos al presidente ve factible una inflación del 40%, con sectores que ya recuperaron los márgenes perdidos, como el turismo.
Sin embargo, los analistas económicos prevén una inflación superior al 50% por la emisión para financiar el déficit, el arrastre estadístico de 2021 (18% según Iaraf), la aceleración del crawling peg para que el dólar no se retrase, el impacto global por los problemas en la cadena de suministros que seguirían con la variante ómicron, y la puja distributiva, con la participación de los trabajadores en la economía en 40%, lejos del 52% de 2016.
Además, destacan la inercia: en los últimos 15 meses, la inflación núcleo, que no toma en cuenta estacionales ni regulados, no bajó del 3%.

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