Lo decidió el gobierno por el elevado número. Los padres tienen garantías que no serán perseguidos por la ley.
La ciudad china de Shenzhen, donde el elevado número de abandonos de bebés en plena calle preocupa a las autoridades, construyó un centro para que esta práctica al menos se haga en condiciones más seguras.
Según el diario South China Morning Post, la caseta, una pequeña instalación en una calle de la ciudad con cunas, incubadoras, aparatos de ventilación y otros equipamientos, asegurará a los padres naturales el anonimato (no habrá cámaras de vigilancia) y garantías de que no serán perseguidos por la ley, y una protección a los bebés.
Esta especie de casa cuna se situará junto al Centro de Bienestar Social de Shenzhen, que desde su creación en 1992 se ocupó del cuidado de más de 3.500 bebés abandonados en la ciudad, de 10 millones de habitantes y una de las más populosas del país.
Los interesados en usar la caseta de abandonos pueden ir al lugar, que normalmente estará vacío, dejar el bebé y presionar un botón para que, minutos después, responsables del Centro puedan ir a buscarlo.
Shenzhen, vecina a Hong Kong, es uno de los principales centros industriales del país asiático, y muchos de los abandonos, creen los expertos, son hijos de madres solteras inmigrantes que trabajan en las fábricas de la zona, en duras condiciones laborales.