Un nene de 11 años cruzó la frontera de Ucrania con Eslovaquia, solo, con una bolsa de plástico, su pasaporte y un número de teléfono escrito en la mano, informó este domingo la policía eslovaca.
"Llegó solo desde Zaporiyia porque sus padres se tuvieron que quedar en Ucrania", declaró la portavoz de la policía, Denisa Bardyova. Un equipo de voluntarios se hizo cargo del chico, que llegó el sábado, y le dieron de comer y beber.
El ejército de Rusia ocupa desde el viernes la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, donde -según las autoridades ucranianas- disparos de artillería provocaron un incendio. El gobierno ruso, en cambio, niega haber causado el fuego.
La madre del nene lo metió en un tren rumbo a Eslovaquia porque se tenía que quedar en su casa para cuidar de su madre, con discapacidad.
"Estoy muy agradecida por que le hayan salvado la vida a mi hijo", declaró este domingo la mujer, Yulia Pisetskaya, en un mensaje de video publicado en Facebook. "En su pequeño país hay gente con un gran corazón".
La policía declaró en Facebook que el nene "se ganó el corazón de todos con su sonrisa, su valentía y su determinación, un trabajo digno de un verdadero héroe".
Varios voluntarios locales contactaron con unos familiares del chico en Eslovaquia, que lo buscaron y se lo llevaron a Brastislava, la capital.
El viaje del nene es solo un ejemplo del costo humano que está teniendo la ofensiva de Rusia en Ucrania, con más de 1,5 millones de ucranianos desplazados en diez días, la cifra más elevada para un país europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
La ONU ha advertido que hasta cinco millones de personas podrían verse desplazadas como resultado de la invasión rusa.