Los principales acusados, el inspector Gabriel Alejandro Isassi, el oficial mayor Juan José López y el oficial Fabián Andrés Nieva, todos miembros de la División Brigadas y Sumarios 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, han sido declarados culpables y sentenciados a prisión perpetua. Además del asesinato de Lucas, también se les acusó de intentar matar a los tres amigos del joven y se presentaron cargos por privación ilegítima de la libertad y falsedad ideológica.
El fiscal general Guillermo Pérez de la Fuente presentó una calificación grave contra los tres policías principales, incluyendo homicidio agravado por el uso de un arma de fuego, alevosía, odio racial y placer, en concurso premeditado de dos o más personas y por ser miembros de una fuerza de seguridad, así como falsedad ideológica y privación ilegítima de la libertad.
Los abogados defensores de los tres agentes han reclamado su absolución, argumentando que "cumplieron con su deber" en el marco de un supuesto operativo para investigar a un presunto vendedor de drogas cerca del lugar donde entrenaban las víctimas.
Los argumentos del veredicto serán revelados en una fecha posterior. Estuvieron presentes en la lectura de la sentencia los padres de Lucas, los tres amigos que sobrevivieron al ataque, y Horacio Pietragalla, el secretario de Derechos Humanos de la Nación.