El hecho ocurrió en el playón de estacionamiento de lalínea 521, ubicado en la localidad bonaerense de Monte Chingolo. El chofer no percibió la presencia de su compañero y lo terminó aplastando.
La víctima, a quien apodaban “el Buda”, se encontraba realizando trabajos de mantenimiento en el interno 4, algo que hacía habitualmente con todas los vehículos que llegaban al estacionamiento previamente a que volvieran a salir a circulación por las calles del sur del Gran Buenos Aires.
Lo cierto, es que el chofer había ido al baño antes de partir a un nuevo recorrido y así fue que subió al coche, sin darse cuenta de que el operario estaba trabajando debajo de él. En cuanto arrancó, advirtió que algo pasaba y detuvo su marcha, alertado también por los gritos de las personas que estaban en la terminal y sabían que Torres estaba bajo el coche. Pero ya era tarde, porque el movimiento que llegó a realizar fue suficiente para aplastar al mecánico, quien falleció en el acto.
Tragedia: muerte y carátula
Efectivos de la Comisaría 6ta de Monte Chingolo se hicieron presentes rápidamente en el lugar, alertados por testigos del hecho y compañeros de los dos protagonistas del episodio. Todos coincidieron en declarar que se había tratado de un trágico accidente, también arribó al predio una ambulancia con personal del SAME, quienes confirmaron que Torres falleció tras ser arrollado.
El conductor, de 24 años de edad, sufrió una crisis de nervios al enterarse del accidente que de manera involuntaria había provocado, y quedó detenido en la Comisaría 6ta, a disposición de la Justicia e investigado por “homicidio culposo”. La causa fue radicada en la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) Nº 6 descentralizada de Lanús, a cargo del fiscal Martín Rodríguez.
Otro hecho lamentable
En una sorprendente sucesión de hechos de este tipo sucedidos en la zona, menos de una semana atrás otro hombre había fallecido aplastado por las ruedas de un vehículo, en este caso en el límite entre el partido de Lanús y el de Lomas de Zamora, marcado por la avenida Pedro Uriarte.
En esa ocasión, el hecho fue aún más increíble: la víctima, de 70 años, iba como acompañante en un automóvil particular que fue chocado por un colectivo 277. Por la fuerza del golpe, el hombre salió despedido del vehículo, un Volkswagen Gol, que le pasó por arriba provocándole la muerte.
Posteriormente se constató que el chofer del colectivo estaba borracho, con un elevado grado de alcohol en sangre, y fue encausado por “homicidio culposo agravado”.