Después de aterrar a los estudiantes de las Universidades de Toronto y de York durante aproximadamente una semana, la policía canadiense logró arrestar a un joven de 26 años señalado como un “arrojador serial de caca”.
El acusado es Samuel Opoku, de 23 años, que ahora enfrenta cinco cargos de malicia y otros cinco por asalto con un arma, que en este caso es un balde con “excremento humano licuado”, según reportó la policía local.
El primer ataque se produjo el viernes 22 de noviembre en la biblioteca de la Universidad de Toronto, en pleno centro de la mayor ciudad canadiense. El segundo ocurrió el domingo 24, en biblioteca de la Universidad de York, al norte de Toronto.
En ambos casos, Opoku entró en las bibliotecas con un balde cubierto con una camiseta y arrojó los excrementos sobre los estudiantes que allí se encontraban. Los testigos del primer ataque dijeron que tras arrojar el cubo con excrementos, el supuesto autor se fue de la biblioteca riéndose.
Una foto del atacante se distribuyó en ambos establecimientos, en tanto que el lunes por la noche se produjo el tercer ataque contra una estudiante que caminaba por el campus de la Universidad de Toronto.
Finalmente, las autoridades lograron dar con el sujeto, que este miércoles debió comparecer ante la justicia en el Tribunal que funciona en el antiguo ayuntamiento de Toronto, ante una gran cantidad de noteros que querían conocer al “hombre popo”, como lo bautizaron.
"Muchos de mis amigos piensan que es discriminación contra los asiáticos. Una de las víctimas era coreana, una china y otra marrón", dijo el estudiante de primer año de ingeniería de Ryerson, Steven Ma a los medios locales.
Finalmente, y tras una corta comparecencia ante el juez, éste decidió aplazar la audiencia de fianza de Opoku hasta el 3 de diciembre, por lo que el bromista deberá transcurrir sus días en la cárcel.
A la salida del juzgado, Jordan Weisz, abogado de Opoku, dijo que su defendido se siente “conmocionado”. "No es una situación agradable estar sentado en una sala del tribunal con el escrutinio público que está teniendo que soportar actualmente. Obviamente es abrumador, como lo sería para cualquiera", le dijo a los periodistas. Además, el abogado agregó que es probable que su defendido padezca de algún problema mental, aunque eso lo deberá comprobar un especialista.