En diálogo con FM Fuego, el presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, José Luis Iglesias, se refirió a la delicada situación que atraviesa el comercio local, haciendo hincapié en la proliferación de la actividad informal y la falta de fiscalización por parte de los organismos competentes.
Uno de los temas que abordó tiene que ver con la competencia desleal. Iglesias relató una situación reciente: “Terminé de hacer una entrevista, me encontré con una persona dueña de un comercio, y me dice: ‘Mirá lo que me pusieron al lado, todo trucho’. Bueno, sinceramente, es un verdadero problema”.
Cuestionó la falta de controles e insistió en que la informalidad está creciendo sin que se apliquen las mismas exigencias para todos. “Ciertamente esto es así. Todos los comerciantes generalmente vienen a decirnos a nosotros de la situación que consideran injusta en cuanto a todas las inspecciones a las que se someten, costos por parte de los organismos, como decir que están en la pecera, que son los que se utilizan y que no están las mismas incidencias. No solo eso, sino que se soslayan determinados controles, se pasan por alto determinadas exigencias que deberían tener para todos por igual”.
También señaló que incluso en lugares que deberían estar destinados a otras funciones, como centros educativos o salones pertenecientes al ámbito de educación, se desarrollan actividades comerciales sin control. “Parece que no están afectados por otro tipo de singularidades”, dijo.
Y remarcó: “Es como que cada vez la permisibilidad hace que se pasen fronteras en cuanto a los controles. No solo en lo gastronómico, uno lo puede ver. Y después cuando tenemos los problemas de salud o de odontología, evidentemente la falla estuvo por ese lado. O el control de los riesgos de los enchufes...”.
Iglesias expresó que al comercio formal se le exige mucho más: “Nos piden la colaboración, siempre una cooperativa en todos lados, en cuanto a la exigencia, puesta en masa, un montón de situaciones que deberían tener los comercios con las ART, que son muchas veces inspecciones del Ministerio de Trabajo con este tema. Y después uno lo ve en estos lados, cualquiera que entra, ve que las zapatillas están una al lado de la otra. Entonces, evidentemente, ahí parece que no hubiera riesgo y uno sabe que cuando hay un problema no sabemos bien quién se va a querer hacer cargo de las responsabilidades ciertas que tienen en el control de esos eventos”.
Por otro lado, advirtió sobre la caída del consumo, “Sí, también hay un mal humor, evidentemente. Porque en general lo que hacemos los argentinos —y en todas partes del mundo es así— es buscar el responsable, el culpable: aquel porque no va a trabajar, el otro porque no paga, el otro porque es insuficiente. Siempre tratamos de encontrar al responsable de esto, y posiblemente la responsabilidad está en toda la clase política, que no da respuestas adecuadas para que el sistema común, para que toda la población, tenga una equidad en cuanto a las cargas de los esfuerzos o de las situaciones”.
En cuanto a lo económico, consideró que la situación de Río Grande es particularmente difícil, “Nosotros vemos hace rato que esto cada vez menos, principalmente en esta ciudad de Río Grande. Creo que va por ese lado, por la pérdida de puestos laborales en las fábricas, en las textiles, en el mismo retraso en ponerse en marcha expectativas que teníamos de desarrollo en determinadas áreas, como podía ser Puerto Río Grande”.
“El tema de la obra pública suspendida y mucha de la retracción que hay en la parte de la construcción conlleva un tema que es difícil en lo laboral o para mantener las situaciones económicas, no solo de cada comercio, sino de cada ciudadano de Río Grande. En la provincia, en Ushuaia, no se ve una forma con esta magnitud cierta como está acá”, agregó.
Se refirió además al impacto que tiene el turismo en Ushuaia para amortiguar la crisis y cómo eso no ocurre de la misma manera en Río Grande: “Claro, creo que atempera el impacto económico de pasar de un modelo a otro y de la falta de obras públicas que generalmente ocupaban mucha cantidad de gente y hoy no la vemos”.
También habló sobre las reuniones con el Ministerio de Trabajo de la Nación, donde plantearon la necesidad de normativas claras para la incorporación de empleados: “Teníamos muchas consultas de primer empleo, sobre todo cuál era la forma de hacerlo para un personal, para tomarlo, cuáles son las mejores condiciones y que la normativa presente, cómo se podría adecuar para una pronta resolución. Si yo necesito una persona para dentro de 15 días o el mes que viene, si el trámite me dura tres meses o tiene que estar en un banco de empleo... Todo este tema preciso”.
Desde la Cámara, aseguró que están a disposición para brindar herramientas e información. “Tratamos de escuchar a todos, tratar de brindar las herramientas que nosotros suponemos que son mejores. Tenemos gente que está abocada a servir en este sentido, en información a la comunidad. Está el contador Matute Gallardo, mi amigo, que colabora muchas veces con aportes, equivocados o no —la opción depende de cada uno—, pero tratando de aportar información”.
Finalmente, al ser consultado por las expectativas para el año próximo, expresó, “Creo que este es el año donde se van a ver las cosas como son. Al bajar la inflación —que es un dato bastante importante como para poder hacer análisis más ciertos—, porque uno generalmente proyecta la inflación hacia adelante y cubría muchos errores o desaciertos, o circunstancias que se veían trasladadas por el efecto inflacionario que las diluía. Ahora pensamos que este año va a ser muy difícil, en cuanto a que hay que adecuarse a la realidad de lo que uno tiene. Entonces, evidentemente, nos va a encontrar con muchas situaciones en déficit”.