El pasado 2 de septiembre, el propietario de la firma se reunió con los empleados y les planteó que no podría abonar los sueldos en tiempo y forma. Como alternativa, propuso un esquema de pago en cuatro cuotas semanales del 25%, bajo la amenaza de despedir a la mitad del personal. Los trabajadores, con el objetivo de preservar las fuentes laborales, aceptaron la propuesta. Sin embargo, “al cuarto día hábil de septiembre la empresa debía depositar la primera parte que era el 25% correspondiente a los salarios del mes de agosto, la empresa falló rotundamente no depositando ni siquiera el 10% de los haberes”, recordó Cárdenas.
Desde el sindicato SOIVA se presentó la denuncia ante el Ministerio de Trabajo. En la primera audiencia, la empresa adujo que carecía de fondos y que iría depositando en la medida en que ingresaran recursos por ventas. No obstante, la Delegada remarcó: “Nosotros seguimos insistiendo con el pago total de los salarios, como corresponde, pero ya estamos casi a 20 de septiembre y la empresa solo ha pagado un 35% de los haberes”.
“Hoy fuimos nuevamente al Ministerio de Trabajo a volver a denunciar la situación, ya que el último depósito que hizo la empresa fue el jueves 11 de septiembre. Blanco Nieve falló en la primera propuesta que trajo, falló en la segunda también, y es algo que nos agobia y queremos que esto se defina por la obligación de la empresa es pagar la totalidad de los haberes”, expresó Cárdenas, y exigió la intervención del Gobierno provincial para garantizar el cumplimiento de las obligaciones.
En este contexto, la Delegada adelantó que “el próximo lunes tenemos una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo y pedimos que la Ministra de Trabajo esté presente porque necesitamos que encarrile a este empresario y pague lo que tiene que pagar. El nivel de producción no es el óptimo, obviamente, como todas las empresas textiles, pero Blanco Nieve sigue produciendo, no está parada”.
La situación golpea directamente a 32 familias que dependen de sus salarios. A esto se suman cuatro trabajadores cuyos contratos finalizaron y que se encuentran en la misma condición que el resto de sus compañeros. “Tenemos muchas compañeras que son jefas de hogar y es el único sustento que tienen, y con 35% de los salarios no alcanzan a pagar nada de los compromisos que tienen, incluso hay compañeros que alquilan y ni siquiera les alcanza para pagar ese compromiso; es una situación desesperante para muchas familias”, subrayó Cárdenas.