El magnate Bill Gates es una de las voces más escuchadas por los mercados internacionales. Ya había vaticinado crisis económicas y hasta la pandemia de Covid-19. Y ahora habla de una nueva recesión global que pone en alerta a todos.
El cofundador de Microsoft hizo referencia a la crisis económica global que se avecina como consecuencia de la guerra en Ucrania iniciada el pasado mes de febrero y sus efectos, entre los que destaca el aumento de la inflación, de los precios del gas y la electricidad o el encarecimiento de los productos de consumo.
El cofundador de Microsoft, y quién años atrás advirtiera de la posible llegada de un virus que afectaría al conjunto de la población mundial, ha sido uno de los protagonistas durante la crisis sanitaria del coronavirus por sus recomendaciones a la hora de hablar de la pandemia.
Bill Gates manifestó en el año 2015 que el mundo “no estaba listo para la próxima pandemia” y que los virus representan el “mayor riesgo de catástrofe global” en relación a otras amenazas para la humanidad. Fue así que solo 4 años después llegó el Covid-19 y desató todo tipo de consecuencias económicas.
“Fui una de las muchas personas que dijeron que no estábamos listos y que teníamos que estar listos. No lo hicimos. El discurso en realidad fue visto por mucha gente, pero el 90% de las vistas fueron después de que ya fuera tarde”, dijo el empresario.
Bill Gates explicó que el contexto económico actual, añadido a la crisis sanitaria del coronavirus, tendrá repercusiones económicas, debido a que “los niveles de deuda de los gobiernos ya eran muy, muy altos, y ya había problemas en la cadena del suministro”.
“Me temo que los pesimistas tienen un argumento bastante fuerte que me preocupa mucho. Solo se puede ser optimista a largo plazo si se es lo suficientemente pesimista para sobrevivir a corto plazo”, aseguró Bill Gates.
Al respecto, el hombre emblema de Microsoft recomendó tener un buen colchón económico e “invertir de forma optimista”.
La nueva crisis, según Bill Gates, provocará una desaceleración de la economía en un futuro. “Es probable que acelere los problemas inflacionistas que tienen las economías de un mundo rico y que fuerce un aumento de los tipos de interés que acabe provocando una desaceleración económica”, sostuvo.