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ANMAT aprobó una prueba rápida para la detección del virus de la hepatitis C

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó una prueba que permite la detección rápida y fiable de anticuerpos contra el virus de la hepatitis C (VHC) en 20 minutos o menos, lo que hace que el diagnóstico y la atención sean más accesibles para los argentinos que padecen la dolencia.
La prueba rápida permite la detección de anticuerpos específicos a través de una simple muestra de sangre por punción digital y la misma tiene una sensibilidad del 99,3% y una especificidad del 100%.
A nivel mundial, 58 millones de personas viven con una infección crónica por el virus de la hepatitis C y se estima que hay 332.000 personas en la Argentina con la enfermedad.
El virus causa inflamación del hígado, que puede progresar a daño hepático grave y, hoy en día, la hepatitis C está significativamente subdiagnosticada porque las nuevas infecciones suelen ser asintomáticas hasta que la afección se vuelve crónica durante muchos años.
De los argentinos estimados que viven con esto, se cree que solo el 35% está diagnosticado, por lo cual aumentar el acceso a pruebas y diagnósticos tempranos es fundamental para tratar y reducir la propagación de la hepatitis de manera efectiva.
"La prueba de hepatitis C es fundamental porque el tratamiento antiviral es muy eficaz cuando se diagnostica a tiempo. La prueba Bioline HCV de Abbott requiere una simple punción de sangre en el dedo, sin equipo especial, lo que permite a los profesionales de la salud evaluar rápidamente a los pacientes en una clínica o consultorio médico y obtener resultados en la misma visita", dijo el doctor Oscar Guerra.
Asimismo, el especialista añadió: "Con acceso a resultados rápidos, los profesionales de la salud pueden diagnosticar y derivar a los pacientes más rápido para pruebas de confirmación y planes de tratamiento".
Dicha enfermedad se transmite comúnmente a través del contacto con sangre infectada, incluida la exposición a sangre de inyecciones o prácticas de atención médica inseguras, transfusiones de sangre no analizadas, uso de drogas inyectables y prácticas sexuales que involucran contacto con sangre.
La infección, en tanto, es asintomática y puede provocar cirrosis o cáncer de hígado y, según la Organización Panamericana de la Salud, la enfermedad causó casi 125.000 muertes por cirrosis hepática y cáncer de hígado en 2019.
"Es la única enfermedad viral que tiene cura con un tratamiento. Su evolución a la cirrosis y cáncer de hígado es insidiosa y silente. Por lo tanto, es muy importante fortalecer la estrategia de concientización y detección temprana a través de métodos eficaces y simples que faciliten la retención y tratamiento de los pacientes", firmó el Dr. Marcelo Silva.
Silva, quien es médico Consultor del Servicio de Hepatología y Sub Director del Departamento de Desarrollo Académico del Hospital Universitario Austral, añadió: "Todas las personas mayores de 45 años de edad o aquellos con factores de riesgo deberían chequearse al menos una vez en la vida para tomar la enfermedad a tiempo y, así, poder realizar tratamiento que corresponda".
Las pruebas y el diagnóstico también brindan una oportunidad para intervenciones que reducen la transmisión, a través del asesoramiento sobre comportamientos de riesgo y la provisión de productos de prevención, como agujas estériles.
La Organización Mundial de la Salud proporcionó una hoja de ruta para la eliminación de las hepatitis virales B y C como problema de salud pública para 2030, que incluye una reducción del 90 % en la incidencia y una reducción del 65 % en la mortalidad para 2030, en comparación con la línea de base de 2015.
En tanto, instó a los países miembros, incluida la Argentina, a invertir recursos para apoyar los esfuerzos de prueba y tratamiento, especialmente en las poblaciones de mayor riesgo y para alcanzar este objetivo, es fundamental obtener un diagnóstico temprano.

ANMAT

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