Según consta la denuncia realizada, el damnificado pudo precisar que el día del robo, el 7 de enero, ingirió bebidas alcohólicas, y en consecuencia se quedó dormido en una silla.
Tras percatarse del faltante de su celular y la billetera, por consultas realizadas a otros presentes, en este lugar se encontraba presente el hijo de la propietaria del bar, quien le habría hurgado sus bolsillos mientras dormía y pese a reclamar sus pertenencias, no pudo localizar los mismos y luego optó por retirarse del lugar.
Sin embargo, casi una semana después, la propietaria hizo la devolución de la billetera constatando el faltante de una tarjeta de débito con la cual se habían realizado varias compras, las cuales ascendían al monto de $ 233.600,75.
A partir de la investigación, se emitió una orden de allanamiento para la dirección calle 24 de Marzo al 200, donde se logró secuestrar prendas de vestir, calzados, tres celulares, dos notebooks, y se resguardó la tarjeta de débito faltante.
La Comisaria Segunda efectuó tareas investigativas para identificar al presunto ladrón, identificando a Manuel Alejandro Encinas.
En este marco, se constató que este lugar funcionaba como un bar clandestino, cursándose comunicación con el Jefe de Inspectores de Comercio Municipal, quien manifestó que no podían dirigirse al sitio, a raíz de que ellos mismos debían constatar in situ la venta clandestina o estén ejerciendo la actividad de comercio ilícitamente, confirmando que tienen conocimiento de esa actividad en dicho domicilio por denuncias efectuadas previamente por otros vecinos.