A un año del comienzo del Mundial de Qatar 2022, Amnistía Internacional exhortó al emirato a "detener los abusos contra los trabajadores inmigrantes", muchos de los cuales construyeron las principales sedes del torneo.
"La realidad cotidiana de muchos trabajadores inmigrados al país sigue siendo difícil, pese a los cambios de la ley de 2017", se lee en un comunicado de la Organización por los Derechos Humanos con sede en Londres.
Mark Dummett, director del programa para temas globales de Amnesty International, acusa a las autoridades de Qatar de una complacencia que "pone a miles de personas en riesgo persistente de explotación", mientras "muchas de ellas no pueden cambiar de trabajo y son víctimas de prácticas que equivalen al robo de salario".
"No tienen casi ninguna esperanza de obtener justicia o resarcimientos. Después del Mundial, el futuro de los trabajadores que permanezcan en Qatar será aún más incierto", agregó Dummett.
Asimismo, Amnesty International afirma que "las autoridades hicieron poco para indagar sobre las identidades de los muertos inexplicables", sosteniendo que se estableció una relación entre las víctimas y las condiciones de trabajo.
Pese a las reformas del derecho laboral introducidas en los últimos años en Qatar, el acceso a la justicia "sigue siendo muy limitado" para los trabajadores extranjeros, quienes tienen prohibido "organizarse para luchar colectivamente por sus derechos", denunció la ONG.
"Qatar rechaza las afirmación según las cuales las reformas no fueron aplicadas para centenares de miles de trabajadores inmigrantes", replicó la Oficina de comunicaciones del gobierno del emirato.
"Más de 240 mil trabajadores lograron cambiar de empleo desde septiembre de 2020 y más de 400 mil se vieron beneficiados directamente por un nuevo salario mínimo", añadió el organismo en alusión a reformas que "redujeron considerablemente las prácticas operativas".