Ash Barty dio un golpe de efecto al mundo del tenis este miércoles, al anunciar su retirada a los 25 años, en el mejor momento de su carrera y sólo dos meses después de ganar su tercer título de Grand Slam en el Abierto de Australia.
La número uno mundial se retira con 15 títulos en su haber, el último de ellos en Melbourne Park, donde puso fin a 44 años de espera de Australia por un campeón local.
"Sé lo mucho que hay que trabajar para sacar lo mejor de uno mismo (...) Ya no tengo eso en mí", dijo en un video publicado en su cuenta de Instagram el miércoles. "Ya no tengo el impulso físico, las ganas emocionales y todo lo que se necesita para desafiarte a ti mismo al máximo nivel. Estoy agotada".
Es la segunda vez que Ash Barty se retira del deporte, ya que a fines de 2014 dio un paso al costado siendo adolescente por una desafección con el circuito. Regresó en 2016 y ascendió con rapidez en el ranking, ganando la aclamación mundial por su tenis y el afecto de los aficionados por su deportividad y comportamiento relajado.
Durante 121 semanas como número uno del mundo, Barty ganó el Abierto de Francia de 2019 y Wimbledon en 2021 y parecía estar preparada para conseguir más Grand Slams y ocupar un sitio entre las grandes del juego.
Sin embargo, nunca ocultó su disgusto por la vida en el circuito y sus batallas con la nostalgia. La jugadora afirmó que la consecución de su "único y verdadero sueño" al ganar Wimbledon el año pasado había cambiado su perspectiva.
"Ash Barty, la persona, tiene tantos sueños que quiere perseguir que no necesariamente implican viajar por el mundo, estar lejos de mi familia, estar lejos de mi casa, que es donde siempre he querido estar", dijo en el video, entrevistada por su amiga y excompañera de dobles Casey Dellacqua.
"Nunca, jamás, dejaré de amar el tenis, ha sido una parte masiva de mi vida, pero creo que es importante que consiga disfrutar de la siguiente parte de mi vida como Ash Barty la persona, no como Ash Barty la deportista", agregó.