El encuentro se concretó debido a los pocos días de vida que le quedaban al guitarrista que formó parte de los cuatro de Liverpool. El cáncer de pulmón que sufría Harrison reapareció en 2001, con dos metástasis en el cerebro.



A pesar de haberse sometido a varios tratamientos agresivos en Suiza y Nueva York, los especialistas le confirmaron que su enfermedad era de carácter terminal. Debido a lo irreversible de su cuadro de salud, el tratamiento médico que recibió fue paliativo.

Esto le permitió pasar sus últimos días en familia, con amigos y dar las últimas indicaciones de algunos proyectos a su hijo Dhani y su esposa Olivia. Pero también tuvo tiempo de organizar un último encuentro, absolutamente privado, con sus ex compañeros de Los Beatles: Paul McCartney y Ringo Starr.

Ambos músicos suspendieron de inmediato sus actividades previstas y viajaron rápidamente a Nueva York para encontrarse con George y pasar sus últimos momentos junto a él. El 12 de noviembre del 2001 almorzaron los tres y recordaron viejas anécdotas que, según confiaron algunos testigos, les provocaron risas y llantos.

Además de los músicos, una de las personas que estuvo presente fue el médico personal de Harrison, Gil Lederman. Años más tarde, Lederman reveló que ese día a su paciente se lo veía muy alegre “como quien disfruta sus últimos momentos de vida'' y remarcó que “esa reunión significó mucho para él”.

A los pocos días, el 29 de noviembre, George Harrison murió en la mansión que tenía Paul McCartney en Los Ángeles rodeado de sus familiares más íntimos, tal como lo anunció el noticiero central de la CBS aquel día. El bajista y compositor de los cuatro de Liverpool reconoció sentirse triste y devastado por la noticia.